Lo admito. Ha sido un ataque de pánico. Este blog de repente tenía cientos de visitas, de gente que no conocía, que leían desde la distancia cosas que yo decía. Y no decíais nada. Yo soy una escritora dialogante, me gusta saber qué pensáis, me gusta discutir (con educación, eso sí), que le deis la vuelta a lo que digo, que me demostréis que estoy equivocada. Si os he hecho pensar, quiero que me déis qué hacer a mí también.
No es que no haya seguido escribiendo. Es que dejé de asomarme aquí, me dediqué, como vosotrxs, a asomarme a otros mundos y mirarlos, desmontarlos, montarlos de nuevo, y pensar sobre ellos y hablar sobre ellos.Y desesperarme. Me siento viva cuando lo hago.
Aún así vuelvo aquí porque creo que vuelvo a tener cosas que compartir con vosotrxs, aunque aún no estén maduras. Tal vez lo estén la semana que viene, o mañana, o nunca; pero traeré otras y las colgaré como cuelgo mis bragas del tendal*.