sábado, 1 de diciembre de 2012

Dulce y rosa Navidad

Hace tanto tiempo que no escribo aquí que ya he olvidado cómo se hace. ¡En fin! Supongo que cuantos menos rodeos mejor, hay una cuestión a la que hace un par de semana que le doy vueltas, un años más:
Como cada año, cada vez más temprano comienza la campaña de Navidad en la publicidad. Se nos bombardea con centenares de productos (no voy a entrar en si los necesitamos o no) muchos de esos dedicados a público infantil. Bien, diréis, cuando éramos peques ya se nos bombardeaba e incluso algunos de esos juguetes aún siguen vendiéndose, por ejemplo Operación o Tragabolas (cuyo anuncio ha sido rediseñado en ambos casos). Sin embargo, según avanza el siglo XXI con todas las cosas malas que está trayendo, nadie se fija en que muchos de esos productos cuyos destinatarios son niños y niñas tienen un gran contenido de segregación de roles de género. En mi opinión hay cuatro tipos de juguetes:

1- Los destinados a jugar en grupo, como el ya mencionado Operación, Trabagolas, Monopolis varios, etc. Anuncios en los aparecen familias (siempre madre, padre y peques) o grupos de niñas y niños. Parece que el concepto familia tradicional sigue muy enraízado entre la gente, no me extraña que luego los (y las) de siempre digan que los niños con familias poco convencionales tienen problemas.

2- Los educativos/creativos, del tipo hazlo tú mismo, manualidades, etc... Recuerdo los "algonova" ¿No tuvistéis uno? El mío era de alfarería, pero había muchos: hacer pasteles, bombones, experimentos químicos, trucos de magia... Desgraciadamente, la variedad ha decrecido notoriamente. Sin embargo, he visto algunos, pero curiosamente van destinados a un público femenino: hacer repostería se consedera del interés de las niñas y no de los niños. Y lo mismo sucede con una multitud de juegos de dibujo cuyo tema es: dibuja Princesas Disney, dibuja a Minnie, dibuja a Dora la Exploradora... No sé muy bien a qué se debe esto ya que es mi época estos juguetes era más neutros. Quizá se deba a que son juguetes de estarse quietecito/a y se asocian a que las niñas, dicen ahora otra vez (vuelve el determinismo, yuju), son más pasivas.

3- Los destinandos a niños, que usan estrategias como el uso de palabras como "competición", "poder", ritmos agresivos canciones guitarreras o hip-hoperas. Ahora mismo estoy viendo un clásico: el Risk, estretagia, batallones, vocabulario bélico y por supuesto cuatro niños muy entretenidos. Lo mismo pasa con el hundir la flota. Ambos son juegos que implican competición (y por tanto son divertidos). Este tipo de anuncios están poblados con colores "agresivos" como el rojo, el negro o el azul intenso. Y normalmente se centran más en mostrar el producto en sí que su posible uso, se ven las manos y poco más, suele tratarse de coches de radiocontrol, aviones, circuitos, robots...

4- Los destinados a niñas... Son una colección de horrores de tonos pastel, preferiblemente rosa. Las canciones cursis con rimas pegadizas y consignas repetitivas "Nancy baila, Nancy baila, qué divertido, cambia sus posturas y vestidos, aprendes a bailar muchos estilos", etc. Mientras una niña con toneladas de maquillaje y vestida de colegiala nos enseña la muñeca. Pero no se queda ahí, hay todo un surtido de disfraces para dicha muñeca, un maletín de maquillaje, un set peluquería, disfraz de gatita sexy... A mí me recuerda un poco a Momo cuando los hombres grises querían venderle la muñeca y ella no quería. Creo que me siento igual de perpleja cuando veo estos anuncios. Las muñecas Nancy sólo son un ejemplo (y es cierto que hay una que es veterinaria, médica o algo así) pero pasa lo mismo con la Barriguitas, las Pin y Pon y las Barbies. A las niñas se les vende un mundo rosa y purpurina... Y esto no sería malo si hubiese otras opciones, otros juguetes que se vendiesen tanto a niñas como a niños. Como digo más arriba, en los anuncios de coches, camiones, el producto es lo importante y los niños que aparecen en ellos sólo muestran cómo se usa el aparato en cuestión pero en los de niñas hay toda una retórica de lo que algunas investigadoras han llamado "el proyecto corporal" (J. Jacobs Brumberg) y que convierte la apariencia corporal en un problema central en nuestras vidas. Hay juguetes abominables como un pequeño centro comercial rosa chicle cuyo principal atractivo es que se puede usar una tarjeta de crédito para comprar "una falda superideal, estás divina".
Y la retórica de "cosas de chicas" no sólo se queda ahí, me han dejado alucinada dos productos: el primero es uno llamado "Lego Friends", el típico juguete de construcción dirigido a niñas con una temática de hogar y fisteao pijamil. Realmente, no deja de ser el mismo juguete de Lego de toda la vida (los Lego y los clicks eran mis juguetes preferidos) vendido de otra forma, se dirige claramente a niñas ya que la narradora del anuncio habla en todo momento en femenino. Pero el otro... En fin, es un videojuego para la Nintendo portátil sobre llevar una tienda de moda y probarse modelitos. No me parece mal la idea de hacer un juego sobre administración etc, me parece aburridísimo, que es distitno. Sin embargo lo de "comparar con tus amigas quién es la más estilosa" me parece frívolo y fomenta una competitividad estúpida. ¿Es que nuestro ocio ahora también se basa en el "proyecto corporal" del que hablada antes? ¿Es que no tenemos más intereses que peinarnos, adornarnos, disfrazarnos de cosas que no somos y dedicarnos a la maternidad? Parece que las empresas jugueteras piensan que no (hay expceciones, he visto un juguete sobre monstruos alienígenas en el que salen un niño y una niña).

Lo que realmente me preocupa de todo esto es la asociación entre feminidad y atractivo físico que se lleva a cabo ya desde pequeñas. No creo que sea nada malo querer decorarse o preocuparse por el aspecto, pero siempre y cuando no sea una norma sino una elección. Dice la periodista N. Walters en su investigación sobre nuevas formas de sexismo que "no es ninguna novedad que las mujeres quieran ser sexualmente atractivas, pero sí lo es que los jueguetes infantiles tengan que ser sexy" (Living Dolls, 2009, 14). Se permite que las niñas se empapen de esta retórica que a menudo viene junto a la de "la libertad es el derecho a ser una misma", argumento que se usa con frecuencia para rebatir el hecho de que los jueguetes son sexistas. "Es que a las niñas les gustan" dicen algunas empresas. Sin pensar que tal vez la falta de otra opciones atractivas las lleve a elegir este mundo rosa y purpurina que escandalizaría a aquellas que tanto lucharon por nuestra igualdad desde siglo XIX (y antes, mucho antes).


Yo me pregunto ¿qué fue primero, la gallina o el huevo?