martes, 23 de abril de 2013

23 de abril

Antes de decir nada, antes de empezar con los tópicos sobre dragones y escritores muertos en los Siglos de Oro, he de decir que los libros son mis objetos preferidos en el mundo (mundial). Soy poseedora una colección enfermiza que aumenta año a año con todo tipo de adquisiciones. Hay libros datados en 1891, revistas antiguas encuadernadas, ediciones de bolsillo de los años 30 y nuevas ediciones (mi última adquisición data de marzo de esta mismo año). También hay diversidad de tamaños y formatos, mis preferidos son los de bolsillo porque no sólo me gusta coleccionarlos sino también leerlos, he leído casi cada uno de los casi 1000 ejemplares que conforman mi pequeña biblioteca. Algunos no porque me los han regalado y ha quedado poco a poco sepultados en el fondo de la montaña de libros por leer a los que se van juntando los libros por releer y los tres que conforman mi "frente de libros de cabecera": La Historia Interminable, de Michael Ende, El Maestro y Margarita, de Mijaíl Bulgákov y El Segundo Sexo, de Simone de Beauvoir. No sé cómo de pintoresca es la lista, están los tres hechos polvo de todas las veces que los he leído, prestado y subrayado; porque sí, me gusta escribir en mis libros (con lápiz, eso sí) y llenarlos de notas.

¡Pues bien! Hoy es el día del libro y estoy un poco triste. Sé que suena cursi y toda la parafernalia. Pero en mi ciudad no había nada: otros años había una carpa en el parque y lxs librerxs locales ofrecían las últimas novedades a un entusiasta público que obtenía los ejemplares con un 10% de descuento. Este año nada. Por supuesto yo me pasé por la librería de siempre y obtuve dos nuevos libros para mi colección. Ya he empezado a leer uno y tiene pinta de que va a ser una relación compulsiva. Pero ahí está: 23 de abril y nada en las calles, ni un anuncio, ni una oferta. Nada.

Feliz día del libro a todo el mundo.


viernes, 19 de abril de 2013

Mayday: Ausencias en la cultura (I)

Hace poco, leía un artículo muy interesante de Beatriz Gimeno en el que comentaba que le llamaba mucho la atención toda la parafernalia antifeminista que se está acumulando en los últimos años (¿la última década?). El otro día mismo me quejaba yo de que en muchos programas de televisión/medios de comunicación variados, la presencia de mujeres es mínima. Concretamente la idea me vino de nuevo viendo Salvados donde las mujeres entrevistadas son una minoría aplastante. Cuando me quejé amargamente, como buena feminista, en mi facebook, dos paladines del progreso personas me salieron al paso: —Bueno, —me decía uno, —no es necesariamente malo, eso quiere decir que hay menos mujeres corruptas, no hay que ser tan negativa. —Otro argumentaba que "es que en la cúpulas de poder no hay apenas mujeres". Bien. Sí. Exactamente eso quería decir. Si yo fuera el presentador de ese programa, insistiría en todos los programa en ellos. Llamadme cansina. El problema que critico no es la corrupción, es la presencia. No digo que una cúpula directiva exclusivamente femenina fuera mejor ni peor. Sólo digo que manda narices que aún estemos así y que a nadie le parezca, no digo ya indignante como a mí, sino raro. Por supuesto, esto no es propaganda de nada, es simplemente cómo son las cosas lo cual no quire decir ni mucho menos que estén bien.


El mismo caso de ausencias lo veo en muchos otros medios de difusión cultural. Desde la presa, ya sea de izquierdas o de derechas, se ignora toda la creación femenina. Su difusión es mínima y muchas veces quienes dan a conocerla caen en el sexismo, como si necesitasen justificar que una mujer creara. En este vídeo, la profesora Freixas comenta uno de los ejemplos a los que me refiero. Una de mis mejores amigas trabaja también en este ámbito y muchas veces se queja de que las críticas que se hacen de las obras teatrales escritas y dirigidas por mujeres incurren en este mismo discurso y muchas veces peor. Me gustaría citarla pero me temo que no es posible hasta dentro de unos meses cuando su labor de investigación salga a la luz. Se ha llevado a cabo un manifiesto en el que se propone la igualdad en la cultura, podéis leerlo aquí (y firmarlo si os apetece).


Es realmente funesto que tal y como están las cosas a día de hoy se siga cayendo una y otra vez en los mismos errores. Decenas -¿centenas?- de mujeres españolas han obtenido prestigiosos premios y reconocimientos diversos a lo largo de los últimos cien años, no entiendo por qué se insiste una y otra vez en la división entre "literatura femenina" y "neutral" porque, ojo, no hay "literatura masculina" sino que es "Literatura". Y no es porque nosotras no hayamos llamado la atención al respecto. Ya decía, por ejemplo Carmen Laforet en 1967:

“En verdad, es el mundo que domina secretamente la vida. Secretamente, instintivamente, la mujer se adapta y organiza unas leyes inflexibles, hipócritas en muchas situaciones para un dominio terrible… Las pobres escritoras no hemos contado nunca la verdad, aunque queramos. La literatura la inventó el varón y seguimos empleando el mismo enfoque de las cosas. Yo quiero intentar una traición para dar algo de ese secreto, para que poco a poco vaya dejando de existir ese dominio, y hombres y mujeres nos entendamos mejor sin sometimientos ni reales ni aparentes, de unos a otros…"

[...]

Me permito citarme con respecto a este fragmento:

"Le parecía que, al menos ella como escritora, estaba utilizando un lenguaje prestado al escribir sus obras. Un lenguaje que dejaba fuera lo femenino porque la literatura, en sus tiempos (y aún hoy), se había concebido por y para que los hombres se expresaran. El problema de la autoría femenina ha sido objeto de discusión sobre todo en los últimos treinta años. No sólo Laforet se quejaba de este “lenguaje prestado” sino que otras autoras y críticas literarias se dieron cuenta de que el lenguaje dificultaba su expresión escrita. Sin embargo, no es sólo el lenguaje lo que dificulta la creación literaria en las mujeres, existen otros factores culturales que hace más complicada esta producción -al fin y al cabo el lenguaje es también algo cultural-. Existe en estas escritoras, y entre las autoras femeninas en general, un debate interno entre la tradición literaria heredada y la experiencia vital femenina" (Raven, S.V., 2009)

Por supuesto no se trata sólo de una cuestión de lenguajes. Tiene mucho de educacional y la educación es parte de la cultura en la que nos envolvemos y de la cual es imposible huír, subvertir sí, escapar jamás. Llevamos años luchando por ser visibles y parece que en los últimos años hemos dado muchos pasos atrás. Cómo se "vendieron" en los medios las políticas de igualdad, por ejemplo, o la reciente invisibilidad o reducción a la anécdota del trabajo de muchas mujeres en el ámbito público lo confirman. Pero ahí seguiremos. Ahí seguiremos.

El segundo capítulo hablará sobre otros medios de difusión. Habrá un tercero. ¡Y un cuarto!

domingo, 14 de abril de 2013

Se cerraron las puertas pero siempre quedó una claraboya abierta.

Hoy es catorce de abril. Hace ochenta y dos años que desde las Plazas Mayores de muchas, de miles de localidades españolas se declaró la II República. No sé por qué, todos los catorces de abril desde que tengo dieciséis me acuerdo de algo que nos dijo el guía en una visita que hice a Salamanca cuando era estudiante de secundaria: Unamuno se había asomado a -éste balcón- decía y había dicho que España por fin era una República. El hecho está reflejado en más sitios, como la obra de teatro Cantando bajo las balas, que vi hace años en el teatro y no recuerdo de quién era. No sé si es verdad porque nunca me he molestado en saber dónde coño estaba el bueno de don Miguel tal día como el catorce de abril de 1931. No importa tampoco: en mi memoria siempre estará asomado a aquel balcón salmantino diciéndonos que por fin éramos libres.

Pese a todo, pese a que los libros de historia sólo reflejen esta parte "pública" de los primeros instantes de la joven II República española, aún está muy reciente en el tiempo como para que podamos haber oído la versión de nuestros familiares más mayores. Yo la oí y me imagino que tú también. La memoria de cada familia es parte de la Historia también, una parte valiosísima, un trozo de realidad que no debería ser olvidado. A mi familia, por ejemplo, le gustó que hubiera república. En realidad no cambió demasiado en los pueblos, o eso dicen en el mío, que mi bisabuelo era comunista lo sabían ya hacía años. Ahora podía por fin hacerlo visible o más visible. Podía defender aquello en lo que creía que no es poco. Podía por fin educar a sus hijos -¡e hijas!- como a él le hubiera gustado educarse. Mi bisabuela podía votar, de hecho todas, las cuatro podían; y nadie iba a llevarla al calabozo por quejarse ruidosamente delante del Ayuntamiento de que el agua no llegaba al lavadero y no tenía tiempo de ir al lavadero del pueblo vecino -¡con la de cosas que había que hacer en casa!-. Supongo que ésta no es sólo la historia de mi familia sino que lo es de muchas más.

No obstante, me parecía mal no recordar también aquí y ahora a aquellas que, desde el ámbito público, lucharon por nuestros derechos también. Por supuesto, discutieron y no siempre estuvieron de acuerdo, pero de eso se trata: de llegar a acuerdos y a puntos comunes a través del diálogo. Todos aquellos nombres femeninos que en los años 30 llegaron al Parlamento, hoy no parecen gran cosa pero sí lo fueron. En casi ningún gobierno había mujeres en puestos de responsabilidad y la posibilidad de sufragio universal no fue concedida hasta muchos años después en algunos de los países que hoy "lideran" con mano de hierro ese invento que llaman Unión Europea. Aquellas Margarita Nelken, Victoria Kent, Clara Campoamor, Dolores Ibárruri, María Lejárrega, Concepción Aragoneses... Y todas las demás que lucharon detrás sin inmiscuirse en política sino desde el ámbito social, las socias del Lyceum que querían una educación igual para todxs o aquellas como mi bisabuela que protestaron con la voz de todas para arreglar los pequeños menesteres del día a día.

Porque cuando se cerraron todas las puertas siempre quedó un resquicio de luz por el que mirar al cielo, ya fuera desde la literatura o desde cualquier otro sitio donde fuera posible subvertir los valores del Régimen, que hiciera pensar y recordar de las cosas no tenían que ser así y que así no estaban bien. Feliz día a aquellxs que supieron burlar la censura y llegar a todo el mundo. Y a aquellas personas cuyas obras y opiniones fueron censuradas, a quienes se fueron y a quienes quisieron volver a pesar de todo.

Y por supuesto por aquellxs que dieron su vida defendiéndola: mi bisabuelo, su hijo mayor, los de tu familia y los de la familia de esa gente que conoces.

En conclusión: Feliz día de la República a todxs.

martes, 9 de abril de 2013

Lo onírico es pesadilla y la pesadilla es onírica: Anna Starobinets

Apenas si he podido encontrar nada sobre ella. Al menos nada que pueda leer, en cualquiera de los idiomas en los que más o menos entiendo un texto (es decir los románicos y los germánicos). Anna Starobinets llegó a mi biblioteca el año pasado en forma de libro de relatos: Una Edad Difícil, editado por Nevsky en 2012. 

Es fácil trazar un itinerario para explicar cómo llegó a mí, cada año en mi ciudad se celebra una feria del libro donde algunas editoriales presentan sus novedades. Yo ya conocía Nevsky de años pasados, había adquirido en 2011 una compilación de cuentos góticos rusos, Aelita de Aléxei Tólstoi y Salmo de mi querido Mijaíl Bulgákov. Este año tenían como principal reclamo un libro no muy grueso encuadernado en tapas verde brillante, "un libro de relatos", me dijo quien se encargaba del puesto, "está teniendo mucho éxito". La sobrecubierta apenas contaba nada de esta misteriosa mujer. Me llamó la atención de que se tratase, eso sí, de alguien de una edad parecida a la mía. Decidí probar.



No quiero hacer un análisis completo de su obra, de los ocho relatos que forman Una Edad Difícil. Hay varias reseñas en internet en varios blogs y páginas especializadas. Lo que me gustaría hacer es destacar dos cosas que me gustaron mucho, mucho de esta mujer. La primera es la claridad con la que se expresa, me engachó su estilo libre de adornos innecesarios, dice lo que quiere decir sin más. Pienso que es la mejor manera de decir las cosas y también la más efectiva de llegar a hacer entender a quien lee lo que quieres transmitir con tu texto. Se ha ganado mi admiración así.  

La segunda cosa es el contenido, por supuesto, de sus relatos. He visto en una entrevista que se le hizo en la 2 (y que podéis ver aquí) en el que dice ser escritora de libros infantiles ambientados en su Rusia natal. No me sorprende y de hecho, me llama la atención de pocas reseñas de las que he leído hagan más referencia a sus similitudes con autores de terror (ahora mismo sólo recuerdo que se la compara con Stephen King varias veces) que a los clásicos del realismo mágico como Julio Cortázar, Jorge Luis Borges o Silvina Ocampo. O a Mijáil Bulgákov del que ella misma se declara admiradora. Es la normalidad de sus relatos lo que realmente me resultó aterrador, como en esos sueños en los que estás en un sitio totalmente familiar pero sabes que hay algo que está mal. No sabes qué pero sabes que es terrible. No hay nada que dé más miedo que aquello que desconoces pero al mismo tiempo sientes presente. Como en esos relatos en los que el protagonista no se puede quitar el jersey o ese aleph desde el que se contempla el infinito.

"Ahora estoy en el andén. El tren rojo y reluciente se acerca a mí. Disminuye la velocidad y se detiene. Subo y me agarro a una barra.
«Atención. Se cierran las puertas.»
  Se cierran las puertas y el tren arranca.
Jadeando, me muevo por el vagón vacío y espacioso. Próxima estación. ¿Cuál será la próxima estación?" (206, 2012)

Anna Starobinets (Анна Старобинец), Moscú, 25 de octubre de 1978. Licenciada en Letras por la Universidad de Moscú, polifacética escritora y periodista ha colaborado con numerosas publicaciones en Rusia (Vremja Novostiej, Expert, Gudok o, Russkij reporter). Es conocida en numerosos países debido al éxito de su primer libro de relatos Una Edad Difícil (Переходный возраст) publicado por primera vez en 2005. Recientemente se ha publicado también su novela de ciencia-ficción El vivo (Nevsky, 2013).


lunes, 8 de abril de 2013

Lusitânia: literatura contra el cánon.

Escribo estas líneas para dedicárselas a mi amiga Elba, que me invitó a pasar cinco días maravillosos en el país vecino y desconocido que es Portugal. Durante las dos charlas que impartí a los estudiantes de español en la Universidade de Évora salió a colación el tema de la literatura paralela a la que yo trataba pero en Portugal. Ninguna de las alumnas (eran casi todas mujeres) pudo darme casi ningún nombre de mujer que hubiera escrito novela social o reinvidicado sus derechos durante una época que para ambos países estuvo marcada por el fascismo y la dictadura militar. "Normalmente sólo estudiamos autores hombres" dijo una de ellas muy compungida.

Sin embargo he estado investigando a las únicas que supieron nombrarme: Sophia de Mello Breyner Andresen, Agustina Bessa-Luís y las tres Marías y me he encontrado con un mosaico de autoras que por una o otra causa han quedado, por lo que parece, tal vez -espero estar equivocada-, en el olvido de la historia portuguesa. Fuera de los planes de estudio al menos, pese a que muchas lograron importantes galardones.


Ahora mismo, desde mi ignorancia -agradecería que me ilumináseis si es posible-, tengo sentimientos encontrados respecto a la literatura escrita por mujeres en lengua portuguesa: por un lado me sorprende el hecho de que estén olvidadas cuando muchas de ellas han obtenido el reconocimiento de la crítica y se han mantenido activas a lo largo de sus vidas. Y por otro, me fascina que hayan sido aceptadas en todos los ámbitos de la cultura sin mayores revuelos -cuando la RAE admitió a Emilia Pardo Bazán fue un escándalo, pese a que ésta rechazara la oferta-, como algo natural fruto del diálogo y la comprensión.

Os dejo una lista de autoras que me han parecido interesantes:

-Florbela Espanca, fue una de la primeras mujeres en licenciarse en Derecho en la Universidad de Lisboa. Vivió muy poco tiempo, se murió a los treinta y seis años, pero tuvo una vida turbulenta e interesante llena de publicaciones poéticas y no poéticas. Estudio Letras en Évora.

Sus obras más conocidas son: Livro de Magóas (1919), Livro do Sóror Saudade (1923), Charneca em Flor (1931), As Máscaras do Destino (1931), sus diarios fueron publicados en el 81 y sus cartas al poco de morir.


 Não ser

Ah! arrancar às carnes laceradas
Seu mísero segredo de consciência!
Ah! poder ser apenas florescência
De astros em puras noites deslumbradas!

Ser nostálgico choupo ao entardecer,
De ramos graves, plácidos, absortos
Na mágica tarefa de viver! 

-Cecília Meileres, era brasileña, obviamente su obra está escrita en portugués también. Estudió literatura y magisterio y dedicó su vida a la prensa. Escribió literatura infantil y poesía (de hecho me la han recomendado como poetisa), entre sus obras -fue increíblemente prolífica- , de estética modernista, están: Espectros (1919), Saudação a menina de Portugal (1930), Viagem (1939), Romanceiro de inconfidência (1953) o Solombra (1963).

 

-Lygia Fagundes Telles, esta mujer es también brasileña, pero también escribió y tradujo numerosas obras, recibió el Premio Camões en 2005. Es licenciada en Derecho, miembro de la Academia Paulista de las Letras y de la Academia das Ciências de Lisboa. Comenzó a publicar obras en el año 38, con tan sólo quince años. Algunas de sus novelas y libros de relatos breves son: Porão e sobrado (1928), Praia viva (1944), Ciranda e Pedra (1954), Verão no Aquário (1964), As meninas (1973), As horas nuas (1989) y Oito contos de amor (1996).




-Hilda Hilst, se considera una de las más influyentes personalidades de la literatura en lengua portuguesa. Se licenció en Derecho también y fue íntima amiga de Lygia Fagundez Telles. Cultivó todas las facetas de la literatura con gran reconocimiento por parte de la crítica y en su haber tiene obras como: Balada de Alzira (1951), Ode Fragmentária (1961), Tu não te moves de ti (1980), Poemas malditos, devotos e gozosos (1984) y O cuaderno rosa de Lory Lamby (1990).




-Sophia de Mello Breyner Andresen,  fue la primera mujer en ganar el premio Camões y la primera en llegar al Gobierno tras la Revolución de los Claveles en 1975, representando al Partido Socialista. Me llamó mucho la atención que fuera la única mujer retratada en el pasillo de personalidades portuguesas que lleva al aeropuerto. Escribió sobre todo poesía y fue traductora de numerosos clásicos al portugués. Había cursado Filología Clásica en la Universidad de Lisboa pero no llegó a terminar sus estudios. Algunas de sus obras son: O dia do mar (1947), No tempo dividido (1954), Livro Sexto (1961) o O nome da coisas (1977). Publicó también los cuentos infantiles que contaba a sus cinco hijos.


Ó Poesia sonhei que fosses tudo
e eis-me na orla vã abandonada
uma por uma as ondas sem defeito
quebram o seu colo azul de espuma
e é como se um poema fosse nada.   


-Agustina Bessa-Luís, también es miembro de la Academia das Ciências de Lisboa y dirigió el teatro Maria II en los años 90. Fue galardonada en 2004 con el Premio Camões. Una mujer avant la lettre sin discusión, leyó a los clásicos de todo el mundo y reflexionó sobre ellos, anteayer mismo adquirí su obra Kafkiana que leeré inmediatamente. No voy a hacer una lista de obras porque escribió muchísimo, os recomiendo la única que he leído yo: La sibila, que está publicada en Alfaguara. Una mujer realmente muy interesante (y se parece mucho a bisabuela -OMG-).



-¡¡Las tres Marías!! ¿Quién no ha oído hablar de ellas? Maria Velho da Costa, Maria Teresa Horta y Maria Isabel Barreno. Las únicas abiertamente feministas, escribieron conjuntamente las Novas Cartas Portuguêsas en el 72 y fueron sometidas a juicio por ello, afortunadamente quedó a medias tras la Revolución de los Claveles. Maria Velho da Costa es otra ganadora del premio Camões (en 2002) y el Virgílio Forrier de la Universidad de Évora. Sus novelas más emblemáticas son Casas Pardas (1977) y Lucialima (1983). Me está siendo un poco difícil encontrar información fiable sobre ellas, todo lo que encuentro me parece un poquito sesgado así que no os fiéis mucho.

 

En fin, ¡espero que me aportéis muchas más cosas, gentecilla! Me ha gustado mucho poder acceder a esta información y espero que me recomendéis muchas, muchas novelas, obras teatrales, ensayos y libros de poemas.

lunes, 1 de abril de 2013

Episodio IV: Ahsoka y Ventress, hacia la paridad



Ya que el propósito de este ensayo es mostrar cómo poco a poco la imagen de las mujeres va evolucionando hacia una aceptación cada vez mayor; he decidido incluir la última película de la saga Star Wars, The Clone Wars, estrenada el pasado agosto. Esta vez la película no es de imagen real sino de animación en 3D, sin embargo da una perspectiva muy interesante de cómo han cambiado las cosas desde la última película de imagen real rodada en 2004 y estrenada en 2005.
La nueva película se sitúa dentro del orden interno de la trama entre los Episodios II y III (Attack of the clones y Revenge of the Sith), en plena guerra civil dentro de la galaxia. Se vuelve a recurrir a la ya conocida tríada de protagonistas, esta vez representados por Anakin Skywalker, Obi-Wan Kenobi y Ahsoka Tano, padawan (aprendiza) de Skywalker. Aunque cada uno de los protagonistas tiene un rango diferente: Kenobi es Maestro Jedi; Skywalker, caballero Jedi; y Ahsoka, padawan; los tres tienen un peso muy parecido en el desarrollo de la trama. En la nueva película se introducen otra novedad, la cara visible de los Sith (los antagonistas) es un personaje femenino, Asajj Ventress.

Una de las primeras diferencias que hay frente a las otras películas es la presencia de personajes femeninos siempre (aunque en minoría de nuevo) en los planos de órganos de toma de decisiones (el Senado y el Consejo Jedi) así como en el bando de los enemigos: Dooku, Sidious y Ventress.
   
En este film, el género de los personajes, aunque se da la diferencia sexual entre ellos (las hembras tienen caderas y pechos, por ejemplo), cumplen las mismas funciones sin excepción. Aunque, por supuesto, siguen siendo minoría; los personajes femeninos cumplen las mismas funciones que los masculinos, si bien la acción discurre durante una guerra civil y no hay, como en la anterior trilogía, alusiones a funciones biológicas plenamente femeninas como el embarazo.

Nuevamente, se opta por la trama maniquea de buenos contra malos, y a continuación analizaré las características de las mujeres de uno y otro bando.

El personaje Ahsoka Tano aparece por primera vez como enviada del consejo jedi a un frente de batalla que necesita refuerzos, supuestamente es enviada con el General Kenobi para que la tome como aprendiza; aunque ella nada más llegar afirma categóricamente que es el maestro Skywalker quien le han asignado como profesor. Desde el principio se caracteriza por tener gran determinación a la hora de tomar decisiones e incluso cierta arrogancia respecto de sus superiores:
Obi-Wan: You two [Anakin y Ahsoka] might have a chance to get through their lines undetected, here.

Rex: They won’t have much time, the droids far outnumber us, so our ability to street fight is limited without the use of heavy cannons…

Ahsoka: We’ll figure out a way. Come on, Master, let’s go!

Anakin: If we survive this, Snips[1], you and I are gonna have a talk.
O también:

Anakin: Stay close to me, if you can…

Ahsoka: It won’t be a problem, Master.

Anakin: This isn’t practice, Ahsoka.

Ahsoka: I know, and I’ll try not to get you killed.
Sin embargo, no se escapa de algún que otro cliché de género, por ejemplo mientras llevan a cabo la misión principal de la trama de la película (rescatar al hijo de Jabba the Hutt), Ahsoka no puede evitar decir “Oh! He’s just a baby! This will make our job a lot easier! Oh, he’s so cute!” mientras que su maestro no hace al bebé Hutt más  caso del estrictamente necesario para cumplir con la misión de entregarlo vivo a su padre y así lograr el control del borde exterior de la galaxia en la guerra.
Físicamente, Ahsoka se representa como una adolescente humanoide con atributos femeninos. De su género no le queda ninguna duda al espectador: tiene voz de mujer y figura de mujer. Sin embargo sus deberes y derechos son los mismos que los de sus compañeros varones, la diferencia de trato es consecuencia de su edad más que de su género (esta suposición se basa en que los otros personajes femeninos de mayor rango son tratados igual que los varones de su misma categoría). Aunque en algún momento Ahsoka es confundida con la “house maid” de Anakin (a lo que ella responde agresivamente amenazando a quien lo dice con su sable). Una cosa llamativa son los planos generales que se hacen al comienzo de determinadas escenas en los que se ve como ella y Anakin lideran las tropas o son elogiados por haber llevado su misión con éxito:

    
A pesar de esta aparente igualdad, un hecho llamativo tanto de esta película como de la anterior trilogía o la serie 3D que siguió a la película Clone Wars, es que los varones jedi siempre van vestidos con el uniforme de la Orden (ver la foto de arriba) mientras que a las jedis femeninas no se les exigen lo mismo, Ahsoka, pese a no cumplir los atributos fetiche de los personajes femeninos en este tipo de películas (no es especialmente bonita, ni tiene los atributos femeninos –pechos y caderas- exagerados), va vestida de manera diferente de sus compañeros padawan masculinos.

El personaje femenino “del Lado Oscuro”, la sith Asajj Ventress, tiene, como Ahsoka, rasgos humanos. Su aspecto es contradictorio: por un lado es completamente calva (cosa que no suele ocurrir en las mujeres), y por otro tanto su voz como la forma de su cuerpo son femeninos. Se muestra como un ser capaz de desafiar a los mejores maestros de la orden en el manejo de la espada e igualar sus estrategias de ataque y defensa con las tropas. Es el estereotipo canónico de malvada pero, eso sí, sin las connotaciones sexuales/sexualizantes que tenían hasta ahora los personajes femeninos de estas características. Evidentemente es una película para un público mucho más amplio que las anteriores pero sin embargo Ventress no tiene ninguna de las características arquetípicas de las malvadas de película de animación (pienso ahora mismo en la madrastra de Blancanieves o Úrsula la bruja del mar de La Sirenita, ambas versiones animadas de Disney, que ambas perseguían la belleza física a toda costa).

Tampoco Ventress escapa a algún estereotipo de género: sus subordinados (todo el ejército droide, ya que ella es la segunda al mando) no saben cómo dirigirse a ella. En varias escenas se hace un guiño cómico al dar ella órdenes y que sus subordinados le respondan: “Yes, sir… Madam… Mistress!”. Esto deja claro que ni siquiera hoy en día se ve como algo cotidiano que una mujer se una militar de élite a cargo de numerosas tropas.



La última película de la saga Star Wars nos muestra una imagen de lo femenino mucho más igualitaria que las películas anteriores. Las mujeres ya son vistas como parte normal de los órganos de decisión y como miembros activos de la sociedad casi en igualdad de condiciones con los hombres. Aunque es muy fácil caer en estereotipos de género (como ya comenté sobre la escena de Ahsoka y el bebé o Ventress y sus soldados), realmente en esta última película se aprecian cambios significativos sobre todo con respecto a primera trilogía.



El cine tiene una gran influencia en la sociedad, sin embargo sería falso decir que la sociedad no influye nada en el cine. Si el cine no reflejara algo con lo nos pudiésemos sentir identificados, algo que nos fuese totalmente ajeno, no habría tenido tanto éxito como solución de ocio. Así es como, creo yo, que funciona el cine de Hollywood: por un lado nos da lo que queremos ver y por otro lado nos inculca su ideología. Eso es exactamente lo que quería demostrar con este trabajo. La situación de las mujeres en el mundo está cambiando: si eso no fuera así las películas no habrían mostrado una evolución.

Es cierto que es una evolución lenta, con sus altos y sus bajos que quedan reflejados sutilmente en matices de cada escena mostrada. En los 70 se creía que las mujeres eran capaces de hacer cosas igual que los hombres, sin embargo aún era extraño verlas fuera de su ámbito doméstico, fuera de lo privado. Así, en la primera trilogía vemos una princesa guerrera, decidida y segura de conseguir lo que quiere o, al menos, intentarlo. No cabe ninguna duda que un personaje destinado a gustar a un espectador masculino; si no esas escenas de bikinis, blasters y girls with guns, no hubieran tenido sentido. Pero también podemos quedarnos con una parte positiva: Leia no es esa princesa inválida que necesita ser rescatada por el héroe (y que la crítica se empeña en resaltar).

Casi lo mismo puede decirse de la Reina/Senadora Amidala. Nos quedamos con la imagen de una mujer poderosa y decidida, dispuesta a luchar hasta final por su pueblo tanto desde el Gobierno como desde primera línea de batalla. No debemos, claro está, obviar los aspectos negativos sobre la maternidad y la imposibilidad de dedicar la vida tanto a lo que a una le gusta y le da de comer como a ser madre. Aún así, la presencia de mujeres de toda clase a lo largo de la segunda trilogía es un horizonte de esperanza para la igualdad entre mujeres y hombres, para su normalización y aceptación en todos los niveles.

Finalmente, Clone Wars nos da una perspectiva muy alentadora sobre cómo ha cambiado la imagen de las mujeres en el cine mass-media. Es esperanzador ver que películas destinadas a un público tan amplio tengan en cuenta estos cambios y se adapten a los nuevos tiempos. Sin embargo aún queda mucho por hacer. Otras películas rodadas en los primeros años de este siglo XXI no dan una perspectiva tan aperturista: todo el cine de acción y/o fantástico destinado a mover tanto dinero y tantos espectadores sigue cayendo en los tópicos sexualizadores de las mujeres. No nos salvamos de los altibajos. Todo sea, esperemos, cuestión de paciencia: sin prisa pero sin pausa.

Dejo la bibliografía que empleé para este trabajo por si a alguien le interesa:

-Arenas, Carlos, “Ilustración, diseño y fantasía: del papel al celuloide” en Europa imaginaria: cinco miradas sobre lo fantástico en el viejo continente, ed. Antonio Navarro y Ángel Sala, Valdemar, Madrid, 2006

-Bakhtin, Mikhail, Teoría y estética de la novela, Taurus, Madrid, 1989

-Bou, Núria y Xavier Pérez, El tiempo del héroe: épica y masculinidad en el cine de Hollywood, Paidós, Barcelona, 2000

-Carmona, Ramón, Cómo se comenta un texto fílmico, Cátedra, Madrid, 2002

-Eco, Umberto, Apocalípticos e integrados, Lumen, Barcelona, 2002

-Freud, Sigmund, Tres ensayos sobre teoría sexual, Alianza, Madrid, 1999

-Mulvey, Laura, Placer visual y cine narrativo, Fundación Shakespeare/Instituto de cine y RTV, Valencia, 1975

-Parrondo Coppel, Eva, “Sé que no debería gustarme esta película, pero aún así… Feminismo, fetichismo y Gaslight

-Propp, Vladimir, Las raíces históricas del cuento, Fundamentos, Barcelona, 1998

                               Morfología del cuento, Fundamentos, Barcelona, 2000 

-Rank, Otto, El nacimiento del héroe, Paidós, Barcelona, 1991

-Rodríguez Fernández, Mª del Carmen, “Damas fuertes de Hollywood, relaciones (in)visibles de poder” en Diosas del celuloide, coord.. Mª del Carmen Rodríguez, Jaguar, Madrid, 2006
 



[1] Anakin llama a su padawan “Snips” cariñosamente, ella a él lo llama “Skyguy”. En la traducción española se optó por traducir “Snips” como “Chulita” y “Skyguy” por “Skyguay”.