lunes, 10 de marzo de 2014

Una estrella en su sitio.

Otro tiempo vendrá distinto a éste,
aunque se enrede así el final de la trama.
Juventud, divino tesoro
¡ya te vas para no volver!
¡Abril galán venía, todo
lleno de flores amarillas!
Me lo dijeron las hojas blancas,
mapas, augurios, telégrafos,
tú no.
Al irte dejaste una estrella en su sitio
para que yo me llame Ángel González.
¿Temes que se te sequen los grandes rosales
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes?
Porque todo es igual y tú lo sabes,
ni música de jazz se oye a lo lejos.
¡Oh, ángel fieramente humano
sabes que jeder Engel ist schrecklich!
Yo soy un hombre sincero,
los ojos velados por la melancolía.

A veces hago poemas pegando los versos de otras gentes. Es lo que tiene no haber nacido para la lírica. Por algún motivo este me gusta mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario