lunes, 25 de marzo de 2013

Elena Fortún en la Re-evolución


 
¿Quién fue Encarnación Aragoneses Urquijo? Las fuentes nos dicen que nació en Madrid en 1886; seguramente su infancia estaría marcada por el Desastre del 98 y su juventud por la I Guerra Mundial. Estudió en un colegio de monjas hasta los doce años y después cursó estudios de biblioteconomía trabajando posteriormente como bibliotecaria. También fue escritora y periodista pero su nombre no viene en los manuales de Historia de la Literatura española. ¿Quién era Encarnación Aragoneses? Quizá si miramos por su seudónimo: Elena Fortún. Tampoco sale, pero sí la conocemos, de oídas, es un eco lejano de la infancia. El Diccionario de seudónimos literarios españoles dice,

Fortún, Elena: Seudónimo de la aragonesa Encarnación Aragoneses Urquijo (1886.1952), autora de muchos cuentos de niños durante los años de 1940-1950: El bazar de todas las cosas (1940), Celia y sus amigos (1942); […] (muchos de los cuentos de Celia tuvieron muchas ediciones. Colaboró en Blanco y Negro[1]).

¡Por fin! La encontramos. Pero sólo es un espejismo, la entrada del Diccionario, está plagada de errores: Elena Fortún nació en Madrid, no en Aragón, y las fechas de las publicaciones no están bien, por ejemplo Celia y sus amigos fue publicado por primera vez en 1935; además los cuentos de Elena Fortún se publicaban en diferentes revistas a partir de 1929. Pero tenemos un dato importante, el dato que la hace célebre: es la creadora de Celia, personaje de novela infantil muy popular a partir de la posguerra española. Sus obras infantiles se reeditaron en 1992 (en su mayoría) a cargo de la editorial Alianza.
Encarnación Aragoneses no fue sólo la autora de novela infantiles tan célebres como Celia y sus amigos, Celia en el colegio (la cual estuvo censurada durante la dictadura) o Cuchifritín, el hermano de Celia; también fue colaboradora de importantes revistas nacionales como Blanco y Negro, Crónica, Estampa y Gente, así como de revistas infantiles, por ejemplo Macaco o Gente Menuda. Sus artículos trataban temas desde la medicina natural hasta el feminismo aunque en su mayoría eran cuentos para niños. Desgraciadamente, son difíciles de localizar y muchos de ellos se han perdido a día de hoy (sobre todo los cuentos de las revistas infantiles). Sin embargo sí sabemos que la II República española fue un soplo de aire fresco en su vida ya que veía en ella una nueva esperanza para la igualdad en derechos y educación de todas las personas fueran mujeres u hombres, pobres o ricos.  Como socia del Lyceum Club de Madrid, conoció a numerosas personalidades de la escena cultural española de la época: desde su fundadora María de Maetzu a Miguel de Unamuno, los hermanos García Lorca o María Lejárrega de la que fue íntima amiga y consejera. Fue ésta última quien la animó a poner por escrito “esos cuentos tan bonitos que solía contar con tanta gracia”. Encarnación Aragoneses fue una mujer de su tiempo y se preocupó de los problemas de las mujeres de su tiempo.
Todo cambió con la guerra. Su marido, Eusebio Gorbea, era militar y tras el levantamiento del 18 de julio se une a la causa republicana. A finales de 1938, tras haber presenciado los horrores de una cruel guerra civil, el matrimonio huye a Francia y pocos meses después se exilian en Argentina. La suerte ha dejado de sonreírles. Perdida la guerra, cerrado el Lyceum Club, las mujeres españolas han perdido todas sus libertades otra vez. La situación económica en Argentina es penosa, Aragoneses no encuentra trabajo ni tampoco su marido, ella trabaja unos meses como bibliotecaria a cambio de un salario muy bajo. Echan de menos su casa de Madrid. Su hijo se va a vivir a Estados Unidos. Desesperada, Aragoneses vuelve a España en 1948 con la intención de obtener el indulto para su marido y así poder volver y continuar su existencia en España de forma pacífica. Una vez más una mala noticia: en diciembre de ese año se entera del suicidio de su esposo (que había quedado en Argentina). Desolada, traslada los restos de éste a su pueblo natal en Segovia y en abril de 1949 regresa a América, esta vez a Estados Unidos con un hijo. La escritora es incapaz de adaptarse a la vida norteamericana y a finales de ese año decide volver a España, a su casa de Madrid. En 1951 se le diagnostica una grave enfermedad que la hará pasar los últimos meses de su vida internada en sanatorios. Finalmente muere en Madrid en mayo de 1952.
Aunque no se sabe mucho de su vida, pueden deducirse muchos aspectos de la misma de sus novelas. A pesar de que éstas no son autobiográficas, Aragoneses, hace a sus personajes pasar por unas vivencias muy similares a la suyas propias. Ella, como Celia, estudia en un colegio de monjas o pasa de una determinada manera los años de la Guerra Civil. El libro Celia en la revolución, publicado en 1987, nos da una idea aproximada de cómo vivó la autora el conflicto bélico, algunos pasajes son muy reveladores,

-Ya no sirve de ná llorar… yo estaba escondido y lo vi too… El señor dijo “¡Viva la libertad!” y toos dispararon.

…yo creo que papá, yo sé que él tiene razón siempre y si él defiende a los milicianos es porque la justicia está de su parte…[2]
  
El personaje de Celia, que va creciendo según pasa el tiempo, había seguido la trayectoria que se esperaba de la mujer nueva: cursaba estudios de bachillerato, al igual que había hecho la propia autora. Sin embargo algo cambia en la autora, un pesado manto de pesimismo la cubre con el levantamiento de las tropas en África: la novela Celia madrecita, publicada en el 39 (aunque escrita en el 36) está contagiada de este pesimismo. Celia ya no podrá estudiar bachillerato, ya no será una de esas nuevas mujeres[3]. La desgracia, al igual que en la vida de la autora, cae sobre su familia. Sin embargo, Celia sí que encontrará un final feliz después de unos años, estando ya en el exilio, Elena Fortún concluye la saga de Celia con el último título, Celia se casa. Puede parecer a simple vista una salida facilona para una serie tan larga, pero hay que tener en cuenta dos cosas: por un lado el tipo de público al que iban destinadas las novelas de Celia, esas jovencitas de la España de posguerra, de la represión. Por otro lado el giro a la novela rosa tiene cierta lógica como evasión a la vida de penurias que llevaba la autora y su familia en el exilio.
Ésta es una historia. Es la vida de una mujer y su obra a través de la misma. Si profundizamos un poco y dejamos a un lado los hechos, podemos concluir que Elena Fortún, aún siendo recordada hoy en día sigue ausente, como tantas otras, de las Historias de la Literatura. Es más, si dejamos de lado a la autora y cogemos los hechos históricos en sí el resultado es el siguiente: a una situación histórica de represión femenina (como lo fue la Restauración) se responde con la creación de un espacio de (relativa) libertad para las mujeres (la II República) que es a su vez respondida con un movimiento represor que fue la dictadura. La historia se repite. Con pequeñas variaciones, eso sí.












Bibliografía



Dorao, M., Los mil sueños de Elena Fortún, Universidad de Cádiz, Cádiz, 2000
Fortún, Elena, Celia en el colegio, Alianza, Madrid, 1992
__________, Celia en el mundo, Alianza. Madrid, 1993
Rodrigo, Antonina, El Lyceum Club Femenino, Revista virtual Ojos del Papel http://www.ojosdepapel.com/
Uría Ríos, Paloma, “Celia en la Revolución” en El exilio literario español de 1939: Actas del Primer Congreso Internacional, vol. II coord. Manuel Aznar Soler, Bellaterra, 1995
_____________, En tiempos de Antoñita la Fantástica, Foca, Madrid, 2004



Nota de la autora: buscar los artículos de feminismo fue una labor imposible, consulté el fondo de la biblioteca (números sueltos de 1928 a 1930) sin ningún resultado. Al consultar online descubrí que la revista Estampa tiene más de 400 números entre 1928 y 1938.


[1] Rogers, P. P. y F.A. Lapuente, Diccionario de seudónimos literarios españoles, Gredos, Madrid, 1977
[2] Citas extraídas del artículo “Celia en la Revolución” de Paloma Uría Ríos
[3] Paloma Uría Ríos, “Celia en la Revolución”, en El exilio literario español, coord.. Manuel Aznar Soler, 1995



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